Felipe II de España

() | predecesor5 = Carlos II | sucesor5 = Isabel Clara Eugenia y Alberto de Austria | tratamiento = ''Su Católica Majestad'' | fecha de nacimiento = | lugar de nacimiento = Valladolid, Castilla | fecha de defunción = | lugar de defunción = San Lorenzo de El Escorial, Castilla | lugar de entierro = Cripta Real del Monasterio de El Escorial | apodo = ''El Prudente'' | religión = Catolicismo | casa real = Habsburgo | padre = Carlos I de España | madre = Isabel de Portugal | consorte =
| descendencia = Véase ''Matrimonios e hijos'' | lealtad = | firma = Firma del Rey Felipe II.svg | escudo = Royal_Coat_of_Arms_of_Spain_(1580-1668).svg | lema = Nec spe nec metu
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Felipe II de España, llamado «el Prudente» (Valladolid, 21 de mayo de 1527-San Lorenzo de El Escorial, 13 de septiembre de 1598), fue rey de España desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte; de Nápoles y Sicilia desde 1554; y de Portugal y los Algarbes —como Felipe I— desde 1580, logrando una unión dinástica que duró sesenta años. Fue asimismo rey de Inglaterra e Irlanda ''iure uxoris'', por su matrimonio con María I, entre 1554 y 1558.
Fue hijo y heredero de Carlos I de España e Isabel de Portugal, hermano de María de Austria y Juana de Austria, nieto por vía paterna de Juana I de Castilla y Felipe I de Castilla, y de Manuel I de Portugal y María de Aragón por vía materna. Felipe heredó el Imperio español de su padre en 1556 y ascendió al trono portugués en 1580 tras una crisis dinástica, formando la Unión Ibérica. Las conquistas españolas del Imperio inca y de Filipinas, nombradas en su honor por Ruy López de Villalobos, se completaron durante su reinado. Terminó de construir el palacio real de El Escorial en 1584. Bajo Felipe II, España alcanzó la cima de su influencia y poder, avanzando hacia el Siglo de Oro español y gobernó territorios en todos los continentes conocidos entonces por los europeos. Profundamente devoto, Felipe se veía a sí mismo como el defensor de la Europa católica contra el Imperio otomano y la Reforma protestante, e involucró la posición de España como principal potencia europea en múltiples esfuerzos bélicos simultáneos.
Durante su reinado, España participó en grandes victorias contra los otomanos en Orán, Malta y Lepanto. En 1584, durante la guerra de los Ochenta Años, Felipe firmó el Tratado de Joinville, financiando la Liga Católica Francesa durante la década siguiente contra los hugonotes franceses. En 1588 envió la posteriormente conocida como "Armada Invencible" para invadir la Inglaterra protestante, con el objetivo estratégico de derrocar a Isabel I y restablecer el catolicismo allí, pero su flota fue rechazada en una escaramuza y naufragó por las tormentas mientras rodeaba las Islas Británicas para regresar a España. El poder naval de Felipe se recuperó después de la fallida invasión de la Invencible Inglesa en 1589, que tenía un tamaño similar a la anterior invencible española. También se consideró un ambicioso plan para extender sus conquistas a China y a través de Asia. Como consecuencia de estos conflictos, Felipe lideró un régimen altamente apalancado por la deuda pública, llegando a declarar bancarrotas en 1557, 1560, 1569, 1575 y 1596.
Murió el 13 de septiembre de 1598 a los setenta y un años de edad, en el monasterio de San Lorenzo de El Escorial, para lo cual fue llevado desde Madrid en una silla-tumbona fabricada para tal ocasión, dada la insistencia del monarca de pasar sus últimos días allí. Su reinado se caracterizó por la exploración global y la expansión territorial a través de los océanos Atlántico y Pacífico. Con Felipe II, la monarquía española llegó a ser la primera potencia de Europa y el Imperio español alcanzó su apogeo. Por primera vez en la historia, un imperio integraba territorios de todos los continentes habitados.
Desde su muerte fue presentado por sus defensores como arquetipo de virtudes, y por sus enemigos como una persona fanática y despótica. Esta dicotomía entre la leyenda blanca o rosa y leyenda negra fue favorecida por sus propios actos, ya que se negó a que se publicaran biografías suyas en vida y ordenó la destrucción de su correspondencia, y jamás se defendió de la propaganda enemiga. Como resultado, el hispanista Helmut Koenigsberger escribiría de él que "no ha habido, quizás, personaje de la historia moderna, ni siquiera Napoleón o Stalin, tan enigmático y controvertido como Felipe II de España... ni sus contemporáneos ni historiadores posteriores se ponen de acuerdo sobre su personalidad, sus objetivos o incluso cuánto éxito tuvo". proporcionado por Wikipedia
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