Respetable publico. El espiritu de partido, esa plaga terrible y desoladora que como un torrente impetuoso arrasa y destruye cuanto se opone a su objeto, sin perdonar medio alguno por indecoros y reprobado que sea, y abjurando como tiene de costumbre, los principios de la razon y la filosofia, ha levantado su fanático grito desde la capital de la nacion en un papel que se publica en ella, con descrédito del buen sentido y moralidad de los mejicanos, y con calumniosas imputaciones ha pretendido manchar la bien merecida reputacion que disfruta nuestro dignísimo diocesano Dr. D. José Maria Guerra. El ayuntamiento de Campeche que no ha podido ver con indiferencia el escandaloso atentado de aquellos hombres que sin pudor ni delicadeza, arrojan emponzoñados dardos de la calumnia... Campeche y mayo 16 de 1836. Leandro de Poblaciones, presidente. Juan Francisco de Cicero, secretario