Describir: Glosa a la proclama de Napoleon del 25 de mayo de 1808. En ella toma Napoleon un tono de oráculo: habla como árbitro de los imperios, y señor de los tiempos pasados, presentes y futuros: y muestra en cada cláusula una inchanzon y arrogancia sin exemplo, que irrita y proboca à todo hombre de juicio. Dado en nuestra España Católica, libre, independiente à 30 de mayo de 1808. Firmado por los españoles