Nos el Doctor D. José Maria Guerra, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, obispo de Yucatan y Tabasco, &c. A todos los párrocos, vicarios foráneos, jueces eclesiásticos, y demas individuos del clero y fieles de nuestro obispado salud en N. S. J. Desde la Divina Providencia sin ningunos méritos nuestros se dignó poner sobre nuestros débiles hombros la pesada carga de la dignidad episcopal de esta diócesis, nada ocupó tanto nuestro siempre afligido corazon, como los ardientes deseos que debimos al Padre de las luces, de dar abundante pasto espiritual a las ovejas, que ha de buscar entre nuestras manos en el dia terrible de la cuenta que nos ha de pedir, en la hora e instante que no pensamos... En nuestro Palacio Episcopal de Mérida, a los veinte y nueve dias del mes de noviembre, dominica primera de adviento del año del Señor de mil ochocientos treinta y cinco. José Maria, obispo de Yucatan <rúbrica>. Por mandato de S. S. I. el Obispo mi señor Joaquin Castellanos, secretario <rúbrica>