Nos, el Doctor D. Diego Aranda, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostolica, Obispo de Guadalajara, a nuestro muy iluste [sic] y venerable Señor Dean y Cabildo, a los venerables parrocos, vicarios, y clero y a nuestros muy amados diocesanos, salud y bendicion en nuestro Señor Jesucristo. Llamados por el Espiritu Santo para el gobierno de esta Iglesia, debemos, amados hermanos e hijos nuestros, velar segun el consejo del apostol con una atencion continua sobre nosotros mismos, para guardar fielmente el deposito sagrado de la fe y de la religion de nuestros padre, y sobre el rebaño que se hos ha confiado, para preservarlo de la mala doctrina y separarlo del espiritu de error y de mentira... Dado en la ciudad de Guadalajara, en nuestra casa episcopal el 19 de agosto de 1850. Firmado de nuestra mano, sellado con el escudo de nuestras armas, y refrendado por nuestro infrascrito Secretario de Camara y Gobierno. Diego, Obispo de Guadalajara
por: Aranda y Carpinteiro, Diego de, ob. de Guadalajara, 1776-1853