| Descripción de la noticias: | Si la conservación tiene como fin último mantener el buen estado de los bienes documentales para sortear las vicisitudes del paso del tiempo, en la prevención de desastres adquiere una perspectiva más completa y tajante, ya que el principal objetivo es contemplar todas las situaciones perjudiciales para los documentos y no esperar a que éstas hagan efecto.
En el CCRE de ADABI de México, del 15 al 18 de agosto, se realizó por segunda vez el curso Conservación preventiva: planeación y manejo de riesgos, en el cual se impartieron cuestiones básicas respecto a la prevención de desastres mediante la identificación y evaluación de riesgos. Los participantes recibieron tres clases teóricas y se concluyó con una práctica de salvamento de material documental en caso de inundación.
En el aspecto teórico se revisaron las cuestiones esenciales para fijar los alcances del plan de desastres, así como determinar la situación actual del archivo o biblioteca, la manera de mitigar los riesgos identificados, los efectos del fuego o del agua, índices recomendados, entre otros tópicos.
Ya que cada centro documental representa una problemática distinta, en el transcurso de las clases teóricas, cada participante expuso su situación particular, incluso se les invitó a contribuir con información específica preparada previamente, con elementos propios como su organización administrativa, el tamaño de su acervo, los planos de sus repositorios, etc., elementos que ayudaron a plantear soluciones tentativas a problemas puntuales, además de las valiosas aportaciones de los demás asistentes con experiencias similares ya que se contó con la presencia de participantes de archivos y bibliotecas especializadas tanto privadas como gubernamentales.
Finalmente se complementó la teoría con un simulacro de rescate de material documental dañado por agua, en su mayoría documentos de papel además de la presencia de medios audiovisuales con soportes magnéticos y ópticos; esta actividad incluyó las consideraciones previas para determinar un plan específico de extracción, traslado y secado de acuerdo a los tipos de materiales y a las prioridades del acervo, así como una organización del equipo dividido por funciones y actividades. De esta manera se ejecutaron en una simulación de un evento real las recomendaciones encontradas en la bibliografía, y aunque se trató de un ambiente controlado, éste servirá como referencia para prevenir y actuar cuando surjan las eventualidades y evitar pérdidas en los acervos documentales.
A. Mejía. |
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