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    Nos Don Fr. Alonso de Montufar. Por la miseracion divina, arzobispo de México, y del Consejo de su Magestad : a los reverendos y magnificos dean y cabildo de nuestra santa Iglesia Catedral : salud en Jesu-Christo nuestro bien. Queriendo dar orden en la decencia con que los divinos oficios se han de decir y celebrar, demás del que ántes de ahora tenemos dado; y considerando, que pues nuestra madre la santa Iglesia nos sustenta y dá de comer del patrimonio de nuestro redemptor, porque le damos gracias y le alabemos, y roguemos por nos y por el pueblo christiano, y que es mucha razon que nos preciemos de ello, y pongamos siempre delante los ojos ser este nuestro oficio, y esta nuestra vocacion, es justo que deseamos que nuestro Dios y despues á honra, y gloria suya, los hombres nos tenga por devotos y religiosos, y peculiares servidores de Dios, y que nos honremos mucho de ello, y tengamos cuidado de estar atentos a lo que rezamos, ó cantamos; porque haciendo cada uno en sí lo que pudiere, nuestro Señor nos embie su socorro y ayuda para que en esta vida en algo le contemplemos y gustemos, y despues en la otra del todo le veamos y gozemos para siempre... Dada en México á dies y seis dias del mes de enero de mil quinientos y setenta años. Frater Alphonsus archiepiscopus mexicanus. Por mandado de su Señoria reverendissima. Alfonso de Ivera, notario. Con permiso del illmô. Sr. Dr. D. Francisco de Aguiar y Seixas del Consejo de S. M. Obispo de Michoacan, electo arzobispo de México, &c. Se volvió á imprimir por orden del Illmô. y V. Sr. Abad y Cabildo de la Insigne y Real Colegiata de Santa Maria de Guadalupe. Año de 1803
    Nos Don Fr. Alonso de Montufar. Por la miseracion divina, arzobispo de México, y del Consejo de su Magestad : a los reverendos y magnificos dean y cabildo de nuestra santa Iglesia Catedral : salud en Jesu-Christo nuestro bien. Queriendo dar orden en la decencia con que los divinos oficios se han de decir y celebrar, demás del que ántes de ahora tenemos dado; y considerando, que pues nuestra madre la santa Iglesia nos sustenta y dá de comer del patrimonio de nuestro redemptor, porque le damos gracias y le alabemos, y roguemos por nos y por el pueblo christiano, y que es mucha razon que nos preciemos de ello, y pongamos siempre delante los ojos ser este nuestro oficio, y esta nuestra vocacion, es justo que deseamos que nuestro Dios y despues á honra, y gloria suya, los hombres nos tenga por devotos y religiosos, y peculiares servidores de Dios, y que nos honremos mucho de ello, y tengamos cuidado de estar atentos a lo que rezamos, ó cantamos; porque haciendo cada uno en sí lo que pudiere, nuestro Señor nos embie su socorro y ayuda para que en esta vida en algo le contemplemos y gustemos, y despues en la otra del todo le veamos y gozemos para siempre... Dada en México á dies y seis dias del mes de enero de mil quinientos y setenta años. Frater Alphonsus archiepiscopus mexicanus. Por mandado de su Señoria reverendissima. Alfonso de Ivera, notario. Con permiso del illmô. Sr. Dr. D. Francisco de Aguiar y Seixas del Consejo de S. M. Obispo de Michoacan, electo arzobispo de México, &c. Se volvió á imprimir por orden del Illmô. y V. Sr...
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