Descripción de la noticias: | La tercera y cuarta mesas del Simposio Fuentes para la investigación musical organizado por Adabi de México estuvieron dedicadas a la música decimonónica y de principios del siglo XX.
La tercera mesa estuvo moderada por la subdirectora de Adabi de México, Amanda Rosales, quien presentó a la maestra Luisa del Rosario Aguilar, quien disertó sobre las publicaciones de fondos musicales editados por la asociación, así como anunció tres publicaciones más por aparecer.
En la segunda parte de la mesa, la maestra Olimpia Corona habló sobre las dificultades que se tiene para accesar a los acervos documentales, tanto en la investigación como en el registro visual de las obras, problemática que se extiende tanto a acervos públicos como privados, asimismo interactuó con la maestra Guadalupe Corona, quien habló también de la importancia de las melodías interpretadas en arpa de concierto, tales como las Danzas del manuscrito de Chalco, obras de Mario Ruíz Armengol de principios del siglo XX y de José Enrique Guzmán, haciendo incisión en que uno de los problemas que se presentan con las obras contemporáneas es que muchas no están registradas, a pesar de estar grabadas, así como que, por un lado, no se transcriben digitalmente y se tocan directo del manuscrito, y por otro, que las partituras digitales ya no se imprimen, corriendo el riesgo, también, de desaparecer.
La cuarta mesa del simposio se dedicó a la imprenta musical del siglo XX, impartida también por la maestra Luisa del Rosario Aguilar; y el fondo de la Casa Bravo Reyes, a cargo del doctor José Antonio Guzmán Bravo, ambos moderados por la doctora Ángeles Chapa Bezanilla, licenciada en canto, historiadora e investigadora del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM.
La maestra Aguilar presentó un panorama muy completo de la situación de los impresores, editores y vendedores de partituras en la primera mitad del siglo XIX en la Ciudad de México, investigación que le llevó seis años. Como complemento a su intervención, el maestro Jorge Martín Valencia Rosas, quien en una guitarra mexicana o "séptima", interpretó dos obras impresas por Manuel Murguía, desde la partitura original.
Para cerrar con broche de oro, el maestro José Antonio Guzmán Bravo habló sobre el material que tiene bajo su resguardo y que es conocido como la Casa Bravo Reyes, en donde a través de 10 colecciones se recrean las artes escénicas de toda una época, tanto de teatro como de producciones operísticas, y en cuyo acervo se incluye una biblioteca, un archivo fotográfico y un archivo sonoro. |